LA INFRAESTRUCTURA SOCIAL EN TIEMPOS DE PANDEMIA: GRANVILLE COMMUNITY KITCHEN

LA INFRAESTRUCTURA SOCIAL EN TIEMPOS DE PANDEMIA: GRANVILLE COMMUNITY KITCHEN

LA INFRAESTRUCTURA SOCIAL EN TIEMPOS DE PANDEMIA: GRANVILLE COMMUNITY KITCHEN

La pandemia que aún estamos viviendo ha evidenciado la importancia de la infraestructura social, entendiendo infraestructura social como los edificios y espacios de nuestro entorno construido que permiten la socialización y el apoyo mutuo entre personas, así como las organizaciones (instituciones, grupos formales o informales) que también hacen posible estas relaciones sociales, de cuidados y de ayuda mutua. (1)

En este breve ensayo, me gustaría hablar de un ejemplo de infraestructura social con el que he estado colaborando desde hace un tiempo a través de mi práctica de investigación-activismo. Se trata de Granville Community Kitchen, una cocina comunitaria localizada en el municipio londinense de Brent (para ubicarse en Londres, el mismo municipio donde está el estadio de Wembley, en el norte de la ciudad). Granville Community Kitchen está situada en el centro comunitario Granville, que se encuentra dentro de la barriada de viviendas sociales South Kilburn, la cual está pasando por un proceso de “regeneración” que consiste en una demolición en fases de todo el barrio, para construir un barrio de mayor densidad. El centro comunitario en el que se ubica Granville Community Kitchen no escapa de este proceso de regeneración. La autoridad local tiene planeado un proyecto de regeneración que convertiría los dos únicos edificios comunitarios de un barrio muy grande que está duplicando su densidad en un complejo de usos mixtos que incluye viviendas y espacios de trabajo, lo que reduciría considerablemente la superficie de usos comunitarios y también los espacios verdes, actualmente utilizados para socializar y como huertos comunitarios.

Antes de la pandemia, Granville Community Kitchen organizaba cenas comunitarias casi todos los viernes por la noche. Estas cenas eran un espacio social esencial para el barrio. Los platos de comida eran gratis y cualquier persona – independientemente de donde vivía o de sus ingresos – era bienvenida en la cena y compartir mesa con el resto de asistente. A nadie se le preguntaba nada al entrar, las puertas estaban abiertas a todo el mundo. Esto generaba que las personas se sintiesen bienvenidas y, para familias de ingresos muy bajos, no existía la barrera psicológica asociada con acudir a un banco de comida, ya que el ambiente no era el de un espacio para recibir caridad, sino para socializar y compartir con tus vecinas y vecinos. Era una fiesta comunitaria cada viernes, que daba la oportunidad de ver a habituales y nuevas personas e intercambiar momentos con ellas. Además de esta iniciativa, Granville Community Kitchen lleva a cabo numerosas iniciativas relacionadas con la seguridad alimentaria, incluyendo un huerto comunitario en el jardín de Granville, al que cualquier persona puede acercarse en cualquier momento y coger las verduras que quiera.

 

Este tipo de infraestructura social es lo que realmente les da valor a nuestras ciudades. Disfrutamos de vivir en ciudades diversas como Londres porque nos dan estas oportunidades de conocer a personas de diferentes culturas e intercambiar momentos con ellas. También nos gusta vivir en entornos urbanos porque sentimos que tenemos una red de apoyo a través de nuestras relaciones sociales, algunas más cercanas y otras menos, que satisfacen nuestras necesidades como seres sociales. En cambio, los desarrollos urbanos se han olvidado o ignoran el valor de estas infraestructuras sociales. El planeamiento urbano en Reino Unido está fundamentalmente guiado por estudios de viabilidad económica que no cuantifican el valor de las infraestructuras sociales. Esto ha resultado en una priorización de las actividades productivas sobre las reproductivas, lo cual está acabando con la esencia de nuestras ciudades. Si se sigue por este camino, muchos de los espacios y las organizaciones que hacen a las ciudades espacios en los que queremos vivir desaparecerán. En el caso concreto de Granville Community Kitchen, el espacio que ocupan, Granville, y el edificio de al lado, Carlton, los cuales son los dos únicos edificios de usos comunitarios en la zona, se planea transformarlos en un complejo de usos mixtos que incluye viviendas sociales, espacios de trabajo co-working y una pequeña proporción de espacios comunitarios. Este proyecto supone una substancial pérdida de espacios comunitarios en un barrio que está duplicando su densidad, y una enorme pérdida de espacios verdes. De hecho, el huerto comunitario que Granville Community Kitchen mantiene se vería abocado a pasar a ser una cubierta vede, lo que perdería ese carácter abierto que actualmente quiere. Este es un claro ejemplo de priorización de actividades productivas sobre las reproductivas.

Desde que la pandemia llegó a Londres a finales de marzo de 2020, Granville Community Kitchen, como ya no podía organizar las cenas comunitarias, re-organizó sus actividades para centrarse en la ayuda a distribuir comida a las familias y personas en riesgo. Esto lo hacía distribuyendo cestas de comida a domicilio o también a través de la recogida en el centro comunitario Granville, dependiendo de si estaban aislados para protegerse del virus, como era el caso para las personas de riesgo. Granville Community Kitchen ha estado repartiendo desde entonces cestas de comida a cientos de familias cada semana, convirtiéndose en una infraestructura social esencial para que las personas de ingresos más bajos y más en riesgo tengan que comer en momentos donde muchas personas han perdido su empleo. Además de esta actividad tan esencial como tener acceso a comida saludable en los peores momentos de la pandemia y en la crisis social y económica asociada a ella, Granville Community Kitchen ha seguido siendo esencial para el encuentro y las relaciones sociales en los momentos de “distancia social”. Cada semana, mientras hacían cola para recoger su cesta de comida en el jardín en frente del centro Granville, las personas tenían la oportunidad de verse y hablar de cómo les había ido la semana. Era un momento de encuentro en un momento en el que había que estar encerrado en casa.

Este papel esencial de Granville Community Kitchen como infraestructura social, y también de los edificios comunitarios Granville y Carlton, se ha hecho aún más evidente durante la pandemia. Es evidente que necesitamos amplios espacios comunitarios, con zonas verdes asociadas a ellos, que nos permitan socializarnos y que también permitan que prosperen iniciativas y actividades reproductivas como Granville Community Kitchen. Estas iniciativas deben ser apoyadas con espacios y recursos que las fortalezcan. Debemos de dejar de cuantificar los proyectos en número de viviendas y superficie de espacios de trabajo, para empezar a cuantificarlos en función de la infraestructura social que provocan.

Referencias y notas:

(1) Ver la definición de infraestructura social del Early Action Task Force (2018). Valuing Social Infrastructure. http://www.civilexchange.org.uk/wp-content/uploads/2018/06/Valuing-Social-Infrastructure-final.pdf

Créditos imágenes:

Pablo Sendra

LA INFRAESTRUCTURA SOCIAL EN TIEMPOS DE PANDEMIA: GRANVILLE COMMUNITY KITCHEN

PABLO SENDRA

Pablo Sendra es Profesor en Planeamiento y Diseño Urbano en la Bartlett School of Planning, University College London (UCL). Combina su carrera académica con la práctica profesional a través de su estudio Lugadero, que trabaja en procesos de co-diseño. Es uno de los fundadores de la red CivicWise. En UCL, es el Director del programa de Máster MSc Urban Design and City Planning, subdirector del grupo de investigación de Diseño Urbano, y coordinador de Civic Design CPD Course. Es co-autor (con Richard Sennett) del libro Diseñar el Desorden, del libro Community-Led Regengeration (con Daniel Fitzpatrick) y co-editor del libro Civic Practices (con Maria Joao Pita y CivicWise).

https://pablosendra.com/