25 Oct Eventos en el contexto urbano: construyendo ciudad o haciendo castillos en el aire
La ciudad es desde su origen una construcción humana en permanente evolución. Sin embargo, ha sido en las últimas décadas cuando hablamos de una nueva revolución urbana (Hall, T., Barret, H., 2012), aquella que nos sitúa en un escenario en el que la ciudad cobra un renovado protagonismo. Desde el punto de vista cuantitativo con más de la mitad de la población mundial viviendo en entornos urbanos (UN HABITAT, 2016) y desde el punto de vista cualitativo, con procesos de cambio intensos que afectan a las ciudades y sus habitantes.
Tal y como dice Peter Hall, la ciudad ya no se asocia con la industria. Así, uno de estos procesos que ocurren en el contexto urbano se relaciona con la dimensión económica de la ciudad, que en su más moderna expresión y en mayor medida en el contexto de ciudades desarrolladas y con un sector servicios pujante, nos sitúa en la necesidad de renovar la oferta urbana para introducir nuevas actividades económicas en la ciudad.
Los retos y objetivos a los que se enfrentan los gestores de las ciudades no son muy distintos, pero sí que son diferentes las respuestas y sus resultados. En esta línea, se opta en muchos casos por el llamado marketing urbano, la marca ciudad o city branding, que colocan a las ciudades en la competición por la atracción de recursos y eventos que supongan inversiones (públicas y privadas) atrayendo en última instancia turismo a la ciudad. Es lo que se denomina el eventismo, es decir, la estrategia basada en la promoción de grandes eventos (culturales, deportivos, sectoriales) de proyección internacional o nacional en las ciudades.
Desde las Olimpiadas de Barcelona hasta el BBK LIVE de Bilbao, pasando por el mundial de fútbol de Río de Janeiro y la Expos de Sevilla y Zaragoza (Castro, M., 2011; Del Romero, L. 2010; Bonomini, A.G., Pérez, M. T., Mosquera, E., 2014) la literatura especializada ha analizado las consecuencias de la realización de estos eventos para las ciudades y sus gentes. Sin embargo, la medición, análisis y evaluación de los diferentes impactos (físico, económico, social) de los eventos sigue siendo una tarea compleja y no resuelta completamente.
En primer lugar, la intervención en el espacio físico, con elementos más o menos duraderos en el tiempo (de ahí la pertinencia del título del presente Festival: “Ciudades Instantáneas” o el trabajo “Ciudades Efímeras” de González, F. y Morales, S.). La posibilidad de generar estructuras permanentes (edificios, transformación más o menos profunda del espacio público, sea todo un barrio o un área urbana) en el contexto de la realización del evento o por el contrario la posibilidad de la reversibilidad a la situación previa, son cuestiones fundamentales sobre las que debemos sin duda reflexionar.
En segundo lugar, el rendimiento económico. Medir la rentabilidad en términos monetarios es una evaluación ya incorporada en la mayor parte de los proyectos urbanos que se realizan. Hablamos de los estudios de impacto económico o los análisis de coste – beneficio, donde se trata de valorar los retornos económicos para la ciudad (ingresos directos, dinamización y desarrollo del tejido socio-económico). A pesar de la existencia de numerosos ejemplos de informes que abordan esta dimensión del evento (BBK LIVE, Campeonato de Tenis femenino en Sevilla en 2006, Congresos Máquina Herramienta en el BEC, Mundial de fútbol de Brasil, etc.), conviene igualmente apuntar la dificultad de homogeneidad del método de análisis y en muchas ocasiones la inexactitud o el mal uso de indicadores estadísticos en el proceso así como que en ocasiones incurren en sobrevaloraciones influidos por los intereses de los agentes implicados (Ramírez, J.M., Ordaz, J.A., Rueda, J.M., 2007; Barajas, A., Salgado, J. Sánchez-Fernández, P. (2013).
En tercer lugar, las consecuencias sociales, el denominado impacto social. Es en esta dimensión en donde mayor dificultad de evaluación aparece. La medición, estudio o análisis del cómo afectan los eventos a la población, a la ciudadanía, a la dinámica social de su día a día se revela como el quid de la cuestión. En este nivel, aunque en menor volumen también encontramos ejemplos (Marquès, C., 2015; González, F y Morales, S., 2017; Añó, V., Calabuig, F., Parra, D., 2012) que tratan de evaluar este difícil aspecto y que, tal y como se refleja en la literatura, tienen una mayor variación en la aproximación metodológica (análisis tanto cuantitativos como en algún caso cualitativos) dificultado esta parte de la evaluación tan compleja como fundamental.
En definitiva, una evaluación de estas tres dimensiones imbricadas en un proyecto de ciudad conocido, consensuado y participado es la clave para la realización de eventos en las ciudades… otra cosa es hacer castillos en el aire.