10 Ene Imaginarios especulativos hacia la reapropiación de locales comerciales
«Observar lo ordinario puede resultar feo. Pero es importante.» 1
D. S. BROWN
Hablar de temas pequeños desde miradas cercanas es muchas veces la manera más acertada de cercar los problemas más complejos. En la ciudad, a menudo, esta mirada es la única vía, o al menos la opción adecuada. Observar la paulatina desaparición de uso de los locales comerciales de nuestras ciudades es un primer paso, preguntarse sobre las razones complejas que empujan a esta ruptura del expansionismo urbano es otra, intentar vislumbrar las oportunidades que de ellas derivan, quizá, nuestro mejor aporte.
Desde nuestra mirada de arquitectos, podemos centrarnos en comentar lo obvio: la condición espacial y urbana de los bajos. Estrechos y alargados, en contacto con la vía pública y sus ruidos u olvidos, con asoleos limitados y prestaciones muy acotadas. En definitiva, espacios sobre-condicionados donde las potenciales ocupaciones, al menos en modo convencional, resultan difícilmente adaptables.
Si tratamos de superar la inmediatez de esa primera aproximación y preguntarnos por qué estos locales caen en la decadencia primero y el olvido después, pronto surgirán razones de diversa procedencia. El avance incesante de las plataformas logísticas, la concentración comercial en grandes superficies y ejes de centralidad de las ciudades o los avances descontrolados del turismo y la hostelería. En definitiva, relaciones recurrentes que trepan en la vorágine capitalista del más y más, dejando a su paso cadáveres, restos olvidados como muchos de estos bajos que ya no interesan como soporte extractivo.
Mas allá de la causalidad, el objeto del presente texto va hacia el descubrimiento y la especulación. Formular un relato abierto que marque vías hacia imaginarios futuros de usos, ayudándonos a situar y dirigir, desde ya, la regeneración y transformación de los bajos comerciales.
La noción conductora de todo esto orbita sobre la oportunidad que el abandono generalizado de espacios, cuya perdida de valor aparta de las lógicas de mercado, nos posibilita para revertirlas, superarlas y operar desde nociones alternativas. Aquí aparece la noción de decrecimiento. Sin extendernos demasiado sobre las dimensiones políticas del termino, tratado profusamente en abundante documentación, podemos resumir parafraseando a Carlos Taibo que el decrecimiento es solo un complemento pero quizá el complemento necesario para intentar frenar la locomotora del crecimiento en un planeta que se nos va. 2
Aterrizando la noción sobre la dimensión urbano arquitectónica merece recuperar a n’UNDO «es posible construir más y mejor desde la reducción, la contención y la declinación razonadas. La resta y la renuncia son alternativas de intervención pertinentes y necesarias. » 3 Con todo ello, sobrevolamos de nuevo el horizonte de los bajos abandonados de nuestras ciudades, para mirarlos ahora más allá de su aparente ordinariez y descubrir no solo su reactivación como una sobre-construcción si no como una oportunidad para una limpieza dirigida: un borrado.
Podemos diferenciar tres acciones diferenciadas derivadas del borrado.
1. Borrado de la huella construida
2. Borrado dicotomía publico privada: lo común
3. Borrado pedagógico: más allá de lo publicitario
1 Borrado de la huella construida
Deconstruir, borrar pedazos de ciudad y entender los vacíos como nuevas oportunidades. Una de las principales acciones potenciales derivadas de la degradación del parque de locales es superar su condición de local-uso y apropiarse de su condición de espacio.
Este cambio de aproximación nos brinda la oportunidad de entenderlos como espacios a ocupar por la ciudad. Esponjarse en zonas densas o vegetarse en zonas sobre urbanizadas, un lugar techado para descansar o aparcar la bici o simplemente respirar en una isla de silencio.
Esta acción controlada de borrado y ampliación del espacio de uso público, no sólo es una estrategia localizada de acciones puntuales, si no que puede constituir una nueva estrategia urbana para la redefinición de la huella de la ciudad. Además los locales no solo constituyen espacio a re-significar en sí mismos si no que pueden constituir, sobre todo en los ensanches de las ciudades, caminos y recorridos hacia espacios mayores como los patios de manzana.
Esta nueva red de borrado de las capas profilácticas pude dirigir la ciudad hacia nuevas proporciones entre construido-natural, un borrado de limites, enriquecimiento vegetal y animal con aproximaciones transversales hacia una nueva realidad ecológica en las urbes.
«La ecología es subversiva porque pone en cuestión el imaginario capitalista que domina el planeta. Rechaza el motivo central, según el cual nuestro destino estriba en acrecentar sin cesar la producción y el consumo. Muestra el impacto catastrófico de la lógica capitalista sobre el medio natural y sobre la vida de los seres humanos»
C. CASTORIADIS
2 Borrado dicotomía publico privada: lo común
Este borrado no tienen que limitarse a una acción literal, si no convertirse en una suerte de guía que desdibuje y aporte nuevos modelos de gestión. El paradigma gerencial de la ciudad se haya atravesado por la simplona dicotomía del público-privado. Cuando estas relaciones no generan interés, el mercado desecha ese espacio condenándolo al abandono.
Estos espacios, en este caso antiguos bajos carentes de interés comercial, pueden revertirse y constituirse en una construcción alternativa de modelos intermedios de co-gobernanza. Esta noción enriquecida de lo compartido pivota en la idea de los bienes comunes y puede proporcionarnos herramientas alternativas para una concepción económica que combine producción, consumo y gobernanza en un sistema basado en las necesidades humanas. 4
Así derivar el uso de locales obsoletos sin presión comercial a practicas que fomenten economías circulares y de lo común puede alterar las relaciones sociales de nuestros barrios, humanizar la ciudad desde lo pequeño. Un local vecinal para dejar las bicis, un aula que compartir para las clases particulares de los jóvenes del barrio, una habitación rotacional para cuando vienen visitas a los vecinos, …
Otra vía es la apuesta por la reconversión creativa de dichos espacios. Su borrado y ocupación como parque de vivienda social, no sólo puede introducir espacios novedosos y más flexibles para el alquiler, si no constituir una suerte de activadores urbanos que inunden las calles con luz y vida. Reforzando la idea clave de que todo espacio ocupado y en uso es un potencial agente domesticador: que vigila y cuida, visibiliza y alumbra y fortalece las estructuras de comunidad.
Para ello, hemos de entender en primer lugar, que esta apuesta de vivienda social en planta baja no debe pretender lo cuantitativo, ni su generalización como solución a la escasez de la misma, si no una apuesta clara por el valor de lo experimental como atractivo.
Así, las limitaciones espaciales ya mencionadas pueden superarse a partir de flexibilidad y buena arquitectura. La relación forzada con la privacidad superada a través de terrazas intermedias o jardineras, fachadas de múltiples capas que permitan graduar nuestros grados de exposición a las vistas. Los espacios reducidos contrarrestados con generosas alturas o espacios sin jerarquía. Donde la flexibilidad se haya en lo potencial y el usuario libremente pueda ocuparlos para su trabajo, ocio, descanso o todo a la vez.
Espacios que trenzan nuevas complejidades gerenciales y de uso en búsqueda de un equilibrio renovado entre lo común y lo privado y donde los cuidados se visibilicen como elemento central de la sociedad.
3 Borrado pedagógico: más allá de lo publicitario
El strip 5 urbano de carteles y neones que cubre los locales y acota el espacio público es otro de los elementos sometido a reflexión con el abandono los bajos comerciales. Estos elementos que Venturi y Scott Brown analizaron profusamente en Las Vegas y vincularon directamente con la necesaria significación y la comunicación, como una concepción arquitectónica que podía adoptar formas expresivas o incorporar anuncios o rótulos comerciales para transmitir mensajes al colectivo ciudadano de manera directa centrados en la publicidad.
La publicidad, ese paradigmático acelerador consumista, se ve en estos comercios sin gente privada de mensaje y alejada del receptor. La conversión de estos grandes portadores de significado en elementos pedagógicos o informativo puede suponer un shock, un impacto donde guiados por lo visual alteremos esa sucesión obsoleta de mensajes en enseñanzas, informaciones, o poesía. ¿Podemos imaginar un escenario de calle limitada e iluminada por la belleza, el conocimiento o simplemente lo descapitalizado.?
Miradas hacia un reseteo de los bajos, un nuevo imaginario para los bordes de la calle. Superar la obsolescencia real de usos y disfrutes e intentar aprovecharse de estos elementos olvidados por el mercado para transformarlos en herramientas útiles hacia una sociedad más justa.
«El hombre ha de escoger entre ser rico en cosas o en la libertad de usarlas. »
I. ILLICH
Referencias y notas
1.Scott Brown, Denise: Entrevista a la autora de Anatxu Zabalbeascoa para El País. Consultado el 28 de abril de 2017.
2.Taibo, Carlos: Entrevista al autor con Manuel Ligero para La Marea. 4 de Mayo de 2021
3. n’UNDO: Manifiesto. 2011
4.Subirats, Joan: Bienes Comunes y Contemporaneidad . Releyendo a Polanyi.
(Revista Ecología Política).
5.Según noción de R. Venturi , D. Scott Brown y S. Izenour recogido en Aprendiendo de Las Vegas. El simbolismo olvidado de la forma arquitectónica.